AHORA SOY DOS
Llega el crepúsculo y el alma llora fugitiva
en el recuento de la fábula del día
sin un suspiro de amor.
Busca en el calendario,
y sólo encuentra números
escoltados por los centinelas del tiempo.
De pronto, un río profundo,
como tu ausencia,
dibuja los rayos de la noche
y los sueños emergen para desaparecer
cuando te nombro o me nombras.
Articulo una palabra y ya no escucho mi voz;
desaparece tras las sombras
cuando siento un tango
y los espectros de colores dibujan en la memoria
recuerdos perfumados de amores perdidos
¡Relámpagos para esta noche
en la que el llanto se estampa sobre una máquina
que pone en marcha el volcán del amanecer!
El rumor del río se adivina en la faz invisible de tus besos.
El viento renueva el ímpetu que prende los sueños
y la luna,
como un huracán,
enardece tu pasión.
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